El Camino de Santiago
La historia de España no se explicaría sin el culto dado al apóstol Santiago y sin las peregrinaciones a Santiago de Compostela, lugar donde se situó el cuerpo del discípulo de Jesús, degollado en Palestina y trasladado a España, país al que antes había cristianizado, según la tradición extendida antes de la llegada de los árabes.
La fe en la presencia del apóstol sostuvo espiritualmente la Reconquista, su culto determinó la construcción de grandiosos edilicios a lo largo del camino utilizado por los peregrinos e influyó en la literatura, tanto española como europea. Entre los siglos IX y XVII los peregrinos fueron muchísimos, uniendo con su presencia la cultura y lengua española con el resto de Europa.
A comienzos del siglo IX ya se veneraba, cerca de Iria Flavia, un sepulcro que se decía contenía los restos del apóstol. La presencia del Islam en España animó dicho culto, hábilmente utilizado en las guerras contra los moros. Era una guerra sostenida y ganada por la fe religiosa; sólo ella apoyaba el valor y la creencia en la victoria. Al grito de ¡Mahoma!, lanzado por el adversario, surgió el de ¡Santiago!, más poderoso. En su persona se unieron lo divino y lo bélico; él era la proyección de la guerra santa contra el musulmán, y por eso las órdenes militares le erigieron como su protector y por eso comenzó a surgir la figura de Santiago sobre un caballo blanco en actitud guerrera.
Alberque de peregrinos.
El alberque municipal de peregrinos es una de las grandes apuestas de la localidad para ofrecer una infraestructura de calidad a los caminantes. Así, cuando finalmente esté terminado dispondrá de 50 plazas, ubicadas en la planta superior. En la baja habrá salas de uso común, así como un porche y un aparcamiento para bicicletas. También se ha adecuado ya un nuevo espacio verde, a la entrada de Calzada, entre el alberque y el frontón.